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AGUJETAS. CÓMO EVITARLAS Y TRATARLAS

AGUJETAS. CÓMO EVITARLAS Y TRATARLAS

Hacer un movimiento para salir de la cama, y sentir un dolor punzante. Cada movimiento, cada giro de tu cuerpo, duele, subes escaleras y duele, te agachas a recoger algo del suelo y duele aún más. ¿Te suena verdad? 

Agujetas. Todos las hemos padecido en algún momento de nuestra vida, pero, ¿por qué?¿qué son exactamente y porque hacen que nos duela el cuerpo?

Tal y como indica la RAE (Real Academia Española), las agujetas son un dolor muscular tras un esfuerzo no habitual e intenso.  Es algo normal que esto suceda, especialmente si eres novato o has realizado algún ejercicio diferente a los que solías hacer. 

Cuando nuestro cuerpo identifica una actividad física, un ejercicio o una sobrecarga muscular que va más allá de lo habitual, de lo que le hemos acostumbrado, las agujetas junto con el cansancio son una forma que tiene nuestro cuerpo de avisarnos los días siguientes que hemos estado por encima de nuestro ritmo.

La buena noticia es que normalmente significa que tu entrenamiento ha sido potente, y que lo que estás experimentando prueba que tu estado físico está progresando.

Es el mecanismo de defensa que de alguna manera viene a decirnos: te pongo un dolor para que no te apetezca ni puedas volver a hacer deporte, y me dejes descansar.

Olvídate de agobios y sé consciente que se te acabará pasando. El dolor muscular suele durar entre los 5 y 7 días con un pico que se muestra a los 1-3 días tras el ejercicio, por eso sentimos más las agujetas a partir del segundo día de hacer ejercicio. 

 

Existen varias opciones para intentar evitar que aparezca este dolor tan molesto (aunque en muchos casos es inevitable que hagan acto de presencia):

  • Aumentar la temperatura muscular antes del ejercicio con trabajo concéntrico y progresión paulatina del esfuerzo. 
  • Realizar un calentamiento pre-ejercicio.
  • Darse una ducha con agua fría después de la actividad.
  • Tomar de forma regular vitamina C y proteínas para que la musculatura no se debilite.

 

Sin embargo, tal y como ya hemos dicho, a veces es inevitable la aparición de estas, por lo que una vez con ellas, lo único que podemos hacer es buscar soluciones para superarlas. Estos son algunos ejemplos:

  • Bañarte en sales de magnesio lo que ayuda a ensanchar los vasos sanguíneos acelerando tu recuperación y eliminando el dolor en tus músculos. 
  • Bañarte en agua fría. Los atletas profesionales utilizan los baños de hielo porque el frío ayuda a combatir los microdesgarros musculares del ejercicio intenso. 
  • Bañarte en agua caliente y fría en intervalos de contraste de 20 minutos.

 

Por otro lado, desde Mugendo, te recomendamos tres cosas que no debes hacer nunca en caso de tener agujetas:

  • No estar activo. Esto es lo peor que puedes hacer. Necesitas mover tu cuerpo. Ya sabemos que duele, pero si accionas los músculos afectados, el efecto se irá antes que si evitas moverte porque te molesta. Es más, te molestará aún más y se te agarrotarán. Apuesta por un ejercicio ligero y no por un entrenamiento normal.
  • Cambiar de rutina. Tu cuerpo necesita tiempo para adaptarse. Si te dedicas a hacer ejercicios de manera aleatoria en cada sesión no dejarás que tus músculos sean capaces de acostumbrarse. Intenta hacer los mismos ejercicios de manera periódica, para evitar que tu cuerpo sufra sin necesidad. Ni tú tampoco.
  • Los movimientos excéntricos. Realiza movimientos suaves y básicos, no fuerces. Este tipo de movimientos contribuye en mayor medida a aumentar las molestias y a que tus agujetas empeoren.

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