¿CÓMO ME MOTIVO PARA HACER DEPORTE?

En la mayoría de las personas, la motivación de realizar cualquier tipo de ejercicio no viene de manera natural. Los seres humanos generalmente, somos comodones. Y es que pudiendo estar descansando en el sofá, o tomando algo con amigos, no a mucha gente le apetece salir a hacer cualquier tipo de deporte, ya sea alguna alguna arte marcial en Mugendo o simplemente salir a correr.

También nos encontramos con alguna que otra persona activa y llena de energía constantemente, la cual siempre tiene la agenda a rebosar, planes que hacer y que no para quieta ni un segundo, pero no es lo más común, siendo sinceros.

Y es que cambiar la mentalidad y decidirte a hacer deporte en tu día a día no es algo fácil. Tienes que dejar de hacer cosas que también te gustaría hacer de lado a la hora de repartir tu tiempo. Y ese es precisamente el motivo principal por el que las personas deciden no hacer ejercicio, la falta de tiempo. Tras salir del trabajo o de la escuela, debemos decidir qué hacer con nuestro tiempo libre en base a nuestras prioridades. 

Pero decir «no tengo tiempo», «no tengo ganas» o «tengo otras cosas que hacer» no son excusas válidas, aunque te lo parezca. Si no tienes tiempo ahora para cuidar de tu salud tendrás que sacarlo después para lidiar con las posibles consecuencias que ello puede traer como enfermedades, dolencias o dificultades derivadas de la falta de ejercicio y la vida sedentaria. Por lo cual, hacer ejercicio siempre que el cuerpo te lo permita, debería entrar dentro de tus prioridades.

Lo importante es amar aquello que hacemos. Conocemos los beneficios que nos va a reportar el ejercicio, por lo tanto, ¿qué mejor que amarlo?. Aunque es cierto que no a todos nos va a gustar el mismo tipo de deporte, por lo que, mientras unos prefieren apuntarse a un gimnasio, otros prefieren hacer baile, karate o incluso correr. Cualquier ejercicio es válido mientras movamos el cuerpo y comencemos a amar aquello que nos hace bien, dándole la importancia que se merece.

Para ello, es importante marcarte metas ( siempre pensando que vamos a poder cumplirlas), crear una rutina y comprometerte contigo mismo a cumplir todo lo que te has propuesto.

Puedes empezar con pequeños retos como por ejemplo, hacer la actividad física que más te guste una hora dos días a la semana, obligandote a cumplir los días y horas fijadas y reservadas en tu horario para ello. Poco a poco, puedes ir ampliando tanto las metas como el horario, todo depende de lo que quiera exigirse cada uno.

Es importante asumir que todo está en nuestra mentalidad. Y es que si nosotros no nos comprometemos con nosotros mismos, por muy saludable que sea, y por mucho que nos digan y apoyen nuestras personas cercanas, no hay nada que hacer.

Recuerda siempre que tú y solo tú eres el responsable de tu vida. 

Si tienes éxito es por ti.

Si eres feliz es por ti.

Si vives bien es por ti.

Los culpables y las excusas no existen, tienes que hacerte responsable de tu vida. Asume la responsabilidad total de ella. Y recuerda, crear una vida extraordinaria depende de ti.