CÓMO NOS AFECTA LA TEMPERATURA DURANTE LA ACTIVIDAD FÍSICA

Es muy posible que quien hace deporte haya notado alguna vez alguno de los síntomas de sobrecalentamiento en condiciones de calor y humedad, es decir, debilidad, dolor de cabeza, mareos, calambres musculares, náuseas y vómitos. ¿Por qué nos afectan las altas temperaturas y cómo podemos reducir riesgos?

Durante la actividad física el organismo genera una gran cantidad de calor, aumentando así la temperatura del cuerpo. El calor se crea cuando los músculos producen energía. En este caso, hablamos de calor metabólico, que es aquel que producen los músculos durante el ejercicio y que es transportado por la sangre a la superficie del organismo.

El cuerpo trabaja para regular el cambio de temperatura y mantenerse dentro de un rango seguro. La capacidad de termorregulación varía de una persona a otra.

La temperatura corporal es detectada por termorreceptores que informan al hipotálamo (área del cerebro que segrega hormonas que regulan muchos de los sistemas del cuerpo, como es la temperatura) sobre si el organismo está muy frío o muy caliente y este pone en marcha los mecanismos necesarios para contrarrestar ese descenso o aumento de temperatura.

Las dos formas por las que el cuerpo regula la temperatura son la transpiración y la respiración. Cuando la temperatura corporal comienza a elevarse, más sangre fluye a la piel, por lo que la evaporación, o el sudor, ayudan a refrescarte.

El cuerpo humano tiene una temperatura promedio de 37ºC. Si la variación es superior o inferior a más de de un grado, se considera como una anormalidad corporal. Hay dos tipos: hipertermia (incremento de la temperatura corporal >38ºC) y hipotermia (disminución de la temperatura corporal >35ºC).

Por todo ello, hacer deporte en tiempos cálidos y húmedos obliga a tomar precauciones. Los calambres, agotamientos, dificultades de movimiento, y golpes de calor comienzan generalmente en circunstancias similares, es decir, cuando un deportista sale de golpe al clima caluroso, sin ajustarse gradualmente al mismo, y posee una relativa deshidratación.

Para evitar problemas, es recomendable:

Modificar la intensidad. Es importante ser prudentes a la hora de exigirnos un esfuerzo en esa práctica deportiva.
Practicar deporte en horas menos calurosas, es decir, elegir las primeras horas de la mañana o las últimas de la tarde, incluso horas nocturnas para la práctica de deporte sobre todo si es al aire libre. Si se trata de recintos o pabellones cerrados, hay que intentar que tengan una buena climatización o al menos ventilación adecuada.
Hidratarse antes, durante y después de la actividad física.
Llevar una alimentación rica en frutas y verduras frescas por su mayor contenido en azúcares y líquidos que también ayudan a nuestra hidratación.

Fuentes: