El cuerpo como defensa personal
Un hecho o aspecto clave cuando se habla de defensa personal, es saber de antemano que se basa y se apoya en las experiencias vividas por las personas. De lo que trata la defensa personal es, a partir de esas experiencias vividas (agresiones, atracos, asaltos…) aprender de la situación vivida y buscar soluciones para que no vuelvan a ocurrir. Es por esta razón que en Mugendo utilizamos métodos básicos de defensa. Aquellas técnicas que todo el mundo puede aprender a efectuar utilizando su cuerpo.
Éstos métodos deben ser utilizados ante un oponente a sabiendas de que parte del cuerpo nos toca utilizar. Y es que para defendernos, todo nuestro cuerpo es realmente importante. Situar un pie más adelantado de lo que debería o no estirar lo suficiente cierta parte del cuerpo podrían suponer la diferencia entre evitar un problema o que ese trance tenga lugar. Incluso la cabeza es una parte del cuerpo de gran importancia. Debemos visualizar el entorno y decidir con nuestra mente cómo actuar para salir de forma beneficiosa ante determinada situación. En Mugendo tenemos claro que a la hora de defendernos debemos saber utilizar la mejor alternativa.
Una serie de consejos para utilizar tu cuerpo como defensa personal:
5 van a ser las técnicas que se entrenan en Mugendo y de las que se van a hablar en este punto. En primer lugar tenemos las técnicas de brazo o de mano. Como en gran parte de las artes marciales el golpeo es uno de los principales focos de atención de Mugendo.
Los brazos y las manos:
Al contrario que el boxeo, en nuestro arte marcial no solo se trata de lanzar golpes con el puño cerrado. En nuestro brazo o nuestras manos tenemos otras partes muy efectivas para la protección. La palma de las manos, los dedos, los codos o la mano abierta serán grandes recursos en algunos momentos. Los codos, gracias a su forma puntiaguda son una de las herramientas más duras con las que golpear, pudiendo llegar a provocar cortes graves. En cuanto a los dedos, en situaciones fatales, pueden ayudarnos a librarnos de una estrangulación si los incrustamos en el ojo de nuestro agresor.
Las piernas:
Las siguientes técnicas son las de piernas. Al igual que en otras disciplinas como el Taekwondo, las patadas son realmente importantes en Mugendo. Tanto las piernas como los pies son golpeos muy contundentes y peligrosos. Pero requieren un proceso de entrenamiento esencial para realizar un uso seguro de ellas. Si no tenemos la técnica suficiente, a parte de la posibilidad de lesionarnos, podría darse el caso de que fallemos el golpe o nos desestabilicemos. Si esto ocurre toda nuestra defensa se desmoronaría.
La cabeza:
El tercer aspecto es la cabeza. La mayoría de artes marciales no admiten golpeos con la cabeza, sobre todo en combate profesionales. En el caso de Mugendo, para aquellas personas que acudan a clases de defensa personal se les enseña que esta parte tan preciada de nuestro cuerpo también puede ser un arma. Siempre y cuando nuestro objetivo sea un punto poco protegido, se puede utilizar. Habrá que tener cuidado de que no golpeemos una parte del cuerpo que sea dura, ya que podríamos sufrir una importante lesión o herida.
Derribar o tirar al suelo:
Otra de las técnicas que mayor especialización requiere es la de derribar o tirar al suelo a nuestro enemigo. Existen numerosas formas de lograr este objetivo. Todas ellas requieren primer un proceso de aprendizaje y perfección, pues su realización es más complicada de lo que puede parecer. Podemos lanzar al suelo a una persona de brazos, de caderas, desde las piernas o sacrificando nuestro equilibrio.
Las zonas sensibles:
Por último, siempre tenemos el recurso de golpear las zonas más sensibles. Seguro que la primera que os viene a la mente es la zona genital, pero también existen otras zonas que no toleran nada bien los varapalos. Algunas de estas son los ojos, la nariz, la boca, los pechos…
Ciertas cosas que no debemos realizar ante un ataque:
Ahora que ya hemos hablado sobre las diferentes técnicas, es momento de mencionar aquellas cosas que jamás debemos hacer si buscamos una defensa segura. El primer y más útil consejo es jamás anteponer la fuerza ala técnica. Muchas personas grandes o fuertes creen ser capaz de acabar con cualquier persona que se les cruce, pero lo cierto es que ante personas que tengan conocimientos en algún arte marcial siempre casi siempre será superior. Jamás tratar de bloquear de manera directa un ataque con arma blanca. Si queremos intentarlo, primero se debe esquivar el ataque enemigo, y una vez tengamos una posición ventajosa procederemos. Además también aconsejamos no tratar de bloquear ataques con una sola mano. Siempre que se pueda, será recomendable utilizar ambas manos.
Un error que se comete en infinidad de ocasiones es tratar de esquivar un ataque dirigiéndonos hacia la posición de dónde viene el golpe. Cuando esto ocurre, el daño del impacto será mucho mayor. Esto se debe a que dos fuerzas que siguen diferentes trayectorias chocan en un mismo punto. Por poner un ejemplo sería como un accidente frontal de tráfico. El impacto será mucho mayor que si ambos coches iban en la misma dirección y uno golpea por la parte trasera al otro. Tampoco debemos dar jamás, repito, jamás, la espalda a nuestro rival. Otro consejo que damos desde Mugendo es, en caso de que retengamos a un agresor, asegurarnos primero de que este desarmado. Deberemos registrarle para estar seguros.
Las últimas acciones que no debemos cometer podrían causarnos lesiones importantes. Si nos lanzan una patada ascendente, de ninguna manera trataremos de bloquearlas con nuestras axilas, ya que podría desencadenar una dislocación del hombro. Siguiendo en la línea, dar patadas con la punta de los pies también es una mala idea. Siempre será mejor utilizar la planta o el empeine, y además evitará que algún dedo pueda sufrir fractura alguna.
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