EL DEPORTE COMO AYUDA EMOCIONAL
Está científicamente demostrado que la práctica del deporte no solo ayuda a las personas a llevar una vida más activa, previniendo así patologías físicas, sino que tiene la capacidad de influir en la salud mental de aquellos que lo practican, contribuyendo en sus estados de ánimos, en el control de estrés y ansiedad, e incluso en la capacidad de memorizar.
Sin embargo, muchos de los beneficios que este ofrece, están ocultos entre aquellos que no realizan ningún tipo de actividad deportiva, y se vuelcan en el pensamiento de que el deporte solo sirve para llevar un mayor control del peso, tensión, colesterol o azúcar, ganar tono y fuerza muscular o para poder correr una maratón sin que «se te acabe el aire».
Y si, todo ello es cierto, no se niega su verdad, pero el deporte abarca mucho más. El deporte se puede convertir en tu pareja, en tu mejor amigo, en tu psicólogo, en tu motivación personal, en tu meta de nuevo año, en tu sala de escape, en TODO. Por lo que es primordial que todo el mundo conozca la importancia de tener a ese «best friend» en sus vidas y que juntos creen un nuevo camino.
Os presentamos un testimonio de Kamilla Vargas, una joven de 28 años que decidió hace ya 1 año, inscribirse en Mugendo. Vargas, siempre se la conoció como una chica deportista, sin embargo, a lo largo de los años, en lo que iba creciendo, decidió dejar el deporte de lado para centrarse así en sus estudios, trabajo, vida social, etc. «La gente me preguntaba qué por qué ya no hacía deporte, y simplemente les respondía que no me daban las horas ni estaba muy motivada para volver a meterme en ello», declara Kamilla.
Kamilla nos relata dos situaciones que son muy comunes entre las personas. Por un lado está el hecho de no tener motivación para volver a realizar ejercicio tras mucho tiempo sin «hacer nada», y por otro lado, la dificultad de poder llevar una vida más cuidada en uno mismo si no se dispone de apenas tiempo libre.
«Un día, mi hermana me convenció de acompañarla a una clase gratuita a Mugendo, recuerdo que a pesar de no haber ido con muchas ganas, salí del entrenamiento muy contenta y más activa. Al llegar a casa y darle vueltas al asunto, replantee la situación de probar suerte en ese mundillo otra vez y tras meses de entrenamiento, a mi ritmo, empecé a encontrarme con mejor humor y con más ganas. Descubrí que mi «falta de tiempo» solo era una excusa que me ponía y que realmente lo que necesitaba era iniciativa. A pesar de parecer una tontería, es un pequeño detalle que puede cambiar muchas cosas, pasé de ir agobiada a todos sitios, para llegar a casa, dormir y volver a la realidad del día siguiente, a ir agobiada a todos lados, pero antes de terminar el día, pasar por Mugendo y desahogarme».
Con esto, Vargas nos refleja la posibilidad de compaginar el deporte en su día a día y los beneficios que este, le ha aportado a su vida ya sea a nivel físico como humano animarse a hacer ejercicio, puede convertirse en algo muy difícil, sin embargo, una vez que empiezas, verás lo divertido que puede llegar a ser.
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