El valor de los valores
“El viaje del héroe”: es el concepto narrativo que otorga una base a innumerables historias en libros, relatos y canciones. Es algo que articula el proceso del protagonista del relato. Un protagonista con unos rasgos, convicciones y circunstancias particulares, que se desarrolla en un conflicto persistente. El protagonista aparece en la historia sumergido en un clima marcado por un suceso que no se puede cambiar. A través de esta realidad, tiene que crecer y perseguir su objetivo lidiando con sus particularidades y afrentando las adversidades concretas que impiden lograr su fin.
En la idea narrativa se plantea una burbuja ficticia y particular. En la realidad, el conflicto persistente es el equivalente al contexto social y global marcado. Sin embargo, en la vida es muy similar de principio a fin el conflicto. Se nace en una sociedad determinada con unas particularidades establecidas, mientras que la persona desarrolla en su proceso una personalidad concreta y se le van presentando eventualidades concretas. La persona real no tiene la misma urgencia que la ficticia por dar caza a su objetivo: no hay un reloj rígido que se lo impida. No obstante, dentro de la compleja y larga trama que es la vida, van surgiendo pequeñas mini-historias en el corto plazo que van conformando la historia del viaje del héroe de la persona.
Son los valores, a través de las vivencias, los que entran en roce con lo marcado por la sociedad y el mundo, y los conflictos que de ella se generan. Con los valores nos formamos. Son rasgos que se han tejido con el desarrollo de la sociedad. Al final, como todos los términos y todos los conceptos, han adquirido una significación establecida por las personas. Estos, a su vez, aunque con significado universal, se aplican distintamente dependiendo de la sociedad en la que la persona se desarrolle. No obstante, los valores son subjetivos, en realidad. Si tenemos en cuenta la perspectiva de la persona individualmente. En función del conflicto personal que se le presente a la persona, desarrollará unos valores u otros. También hará un desarrollo más profundo de unos y menos de otros.
No se puede dejar de lado aquellos que son innatos. Todos los intérpretes tienen una esencia propia, que es inherente y no adquirida. Quizá sea el rasgo del ser humano más difícil de determinar en la complejidad que atañe al ser y al desarrollo de las personas. Muchas veces nos cuesta verla en nosotr@s mism@s, aunque la esencia es lo más importante. Y es importante, pues nos hace ser nosotr@s. Pero hay que mantenerla a ralla y nunca perderla. Hay que buscar el equilibrio entre que hable el instinto y que nos controle. Para eso hay que dominarse.
En Mugendo nos presentamos como una herramienta para que tod@ héroe y heroína que quiera, pueda servirse de nosotros como apoyo durante su desarrollo personal en su historia. Creemos que saber gestionarse y dominar nuestro instinto ayuda a la persona a crecer de forma equilibrada, sana y positiva. Nuestro objetivo es abordar ese desarrollo mediante la educación física y emocional a través de la seguridad personal y lar artes marciales. Para ello, ayudamos a gestionar el cuerpo y la mente de la persona a través de valores universales como la confianza, la concentración, el autocontrol, la superación personal, el respeto y el rechazo a la violencia.
Si quieres saber más sobre los valores del Mugendo y nosotros, puedes ver la entrada sobre la Filosofía Mugendo de nuestro blog.
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